Los españoles estamos combatiendo contra uno de nuestros peores enemigos: la actual crisis. Ni el buen tiempo, ni la comida de calidad, ni tan si quiera las indudables mejoras sociales ayudan a unos ciudadanos cada vez más insatisfechos con su vida. El incremento del paro, el miedo a perder el empleo, las dificultades económicas, el aumento de presión a la que se someten muchos empleados en empresas en las que se ha reducido el personal son vicisitudes gigantes, a priori, imposibles de derribar. Concretamente, el 88% de los españoles desearía ahora, más que nunca, encontrar la fórmula para vivir mejor e impulsar su calidad de vida, según se desprende de una encuesta elaborada por IPSOS en dos docenas de países.
Este dato coloca a España en el primer país desarrollado con el porcentaje más alto de insatisfacción, sólo superado por Indonesia, China, Brasil, Corea del Sur, Hungría y Rusia. Mario Arqued, sociólogo y responsable del departamento cualitativo de Madrid de Ipsos Marketing achaca que España lidere esta lista a un doble factor. "Por una parte, los datos macro y microeconómicos son claros en cuanto a tasas de desempleo, PIB, consumo, etc. Por la otra, la insatisfacción se acrecienta desde la comparación con otros contextos, lo cual hace aumentar la negatividad y frustración social. En este sentido, son famosos los estudios antropológicos sobre diferentes contextos en donde una falta de diferencias sociales conlleva una mayor felicidad global".
La fórmula de la felicidad: ilusionarse
Compararnos con otros países incrementa la negatividad y frustración social
Aunque los españoles estén convencidos de la necesidad de un giro en sus vidas, la mayoría de los encuestados no sabe a ciencia cierta cómo hacerlo, y aseguran: "ojalá tuviese la fórmula secreta". El sociólogo consultado asegura que la ansiada fórmula para ser feliz históricamente siempre se ha referido a la triangulación de los tres momentos vitales: pasado, presente y futuro. "En el caso español esto no es fácil, puesto que para los dos últimos puntos nos enfrentamos a un contexto que no ayuda. En cualquier caso, las estrategias de evasión son fundamentales para armar una felicidad que no tenga por qué depender tanto del contexto", asegura.
Mónica Pereira, especializada en psicología positiva, considera importante tener proyectos e ilusiones a corto, medio y largo plazo. "Esto nos ayuda a levantarnos cada mañana con ganas de disfrutar del día y nos facilita superar las pruebas que tenemos que afrontar". Planificarse parece ser la mejor opción, respaldada por más de la mitad de los españoles encuestados. Arqued asegura que la fijación de hitos es un factor fundamental para sumar puntos de felicidad. "Se deben plantear productos vitales difíciles de conseguir para que el grado de satisfacción no se resienta".
La vida familiar es lo que más satisface a los españoles
Sin duda, para los españoles las claves principales de la fórmula de la felicidad pasan por la necesidad de una economía más sólida del país unida a una mejora de las condiciones de vida, considerados requisitos básicos para el 95% de la población, seguidos de una mejora en las relaciones familiares (89%) y comer y dormir mejor, ambas con un 83%. Otro factor clave es la mejora de las relaciones sexuales, elegida por más del 70% de los encuestados. Parece que estas cuestiones prevalecen sobre aspectos de carácter más sentimental o personal, como la búsqueda de una pareja (59%), realizar tareas de voluntariado (58%) o rezar o practicar algún tipo de meditación, votado sólo por el 36% de los españoles.
El 95% de los españoles cree que la felicidad pasa por una economía más sólida del país unida a una mejora de las condiciones de vida
"En crisis, todas las encuestas al respecto muestran que la vida familiar es lo que más satisface a los españoles, la cual funciona como refugio seguro, como línea roja en la que mantener su autonomía, felicidad y bienestar. La salud y las relaciones afectivas son otros indiciadores que periódicamente apunta el CIS como elementos-refugio para los españoles", explica Arqued. "Lo importante es tener ilusiones, entorno social y familiar en el que apoyarse y con el que celebrar los éxitos, agradecer los logros y sentirse útil ayudando y apoyando a otras personas”, asegura Pereira que descifra su fórmula de la felicidad: plantearse qué cosas nos han hecho disfrutar del pasado y retomarlas; plantearse metas y dividirlas en pequeños pasos y felicitarnos cuando vamos alcanzando cada uno de ellos.
Todos los problemas derivados de la crisis plantean la posibilidad de que los españoles estemos deprimidos. Arqued asegura que indudablemente los españoles estamos sufriendo socialmente, al menos, dos tipos de síndromes. "Por una parte, el castillo de naipes: estamos viendo cómo parte del estado de bienestar y el medio que habíamos construido se está desmoronando o se puede desmoronar. Por el otro, el puro miedo al futuro. Cualquier grupo social inconscientemente parte de una creencia de un cierto positivismo social: siempre vamos a ir a mejor". Sin embargo, la situación actual no lleva a eso: se siente que aún no hemos tocado fondo y que, por tanto, no se puede concebir el futuro como un tiempo mejor. Los niveles de desempleo juvenil refuerzan esta percepción.
Los españoles, los europeos más insatisfechos
Motivo por el que el 83% de los españoles considera que vivir bien hoy en día es más difícil que nunca, y sólo el 31% está contento con su vida tal y como es. Por el contrario, suecos, alemanes, británicos y franceses son los europeos que más satisfechos están con su vida actual –57%, 48%, 42% y 41% respectivamente–, con lo que no ansían ningún plan o cambio de vida.
Las predicciones negativas de futuro contribuyen a que nuestro estado de ánimo empeore
El sociólogo considera que tanto la crisis como la construcción que se ha hecho de la misma es el principal motivo de descontento. "Por una parte, tenemos unos indicadores sociales indudables que no ayudan, principalmente el nivel de desempleo". Según el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), el desempleo supone la mayor preocupación para el 81,3% de los españoles, seguido de otros problemas económicos con un 49,6%. "Por la otra", continúa el sociólogo, "existe una cierta presión macro apoyada por los medios de comunicación de representación de la crisis a todos los niveles, real o magnificada, que contribuye también en cierta medida a configurar la profecía autocumplida". Una predicción que, una vez hecha, es en sí misma parte de la causa de que se haga realidad, la cual procede del teorema de Thomas: if men define situations as real, they are real in their consequences (Si los hombres definen las situaciones como reales, son reales en sus consecuencias).
Pereira, por su parte, apunta que el problema no está tanto en la crisis como en la desesperanza y desconfianza en quienes han de dirigir la remontada de nuestro país. En este sentido, las predicciones negativas de futuro también contribuyen a modificar el estado de ánimo global y a limitar las opciones reales que tenemos de revertir la situación, explica Arqued. De hecho, España se distinguía, ente otras cosas, porque sus ciudadanos lideraban la lista de de los más felices del mundo
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